reseña del libro Tan poca vida de Hanya Yanagihara, clubdellibro

Reseña del li Tan poca vida, Hanya Yanagihara

Lumen, 2016

1008 páginas

He de decir que no tenía ningún interés en leer esta novela de mil páginas, pero la insistencia de una buena amiga hizo que le diera una oportunidad y me marcara profundamente.

Pues a leer

“Tan poca vida” narra las historias de las vidas de cuatro amigos; J.B, Jude, Willem y Malcolm. Cuatro amigos que, a priori, no comparten gustos, aficiones, raza ni orientación sexual, pero cuya unión marca un desafío para comprender la naturaleza del amor y la amistad. Del dolor vital en la simple existencia y de las consecuencias de normalizar ese dolor.

Los protagonistas

La novela, sin seguir un hilo conductor narrativo centrado en explosionar en el desenlace, se desarrolla avanzando en el tiempo real de la vida de los protagonistas. 

En un principio, no deja de parecer una narración detallada y profunda de la realidad de cuatro amigos en una etapa de su juventud haciéndose hueco en el mundo, organizando sus vidas, encontrando aquello que les haga sentir en plenitud y conforme a las exigencias sociales. Los cuatro, de alguna forma u otra, consiguen alcanzar un éxito profesional, el cual a mí como lectora me chirria; Jude, un prestigioso abogado; Willem, un afamado actor;  Malcolm, un arquitecto de gran calibre y, por último, J.B., un gran pintor. 
El panorama de logros profesionales es estimulante aunque anticipa un giro en los acontecimientos. Poco a poco, la autora, a través de una capacidad de descripción brillante y sin ningún tipo de prisa va desengranando las inquietudes y malestares de los protagonistas. 

El entramado

La sorpresa llega cuando, pareciendo que la historia avanzaría dando un vuelco sobre sus vidas a causa de algún fenómeno externo, empieza a coger forma centrándose en uno de los personajes: Jude. 

Jude se convierte en el protagonista de “Tan poca vida”, en la pieza central para comprender el porqué de todo ese engranaje de vivencias.  Cada página es un grito a las desgracias que le ha tocado vivir. Y, de esta manera, comprendes los detalles descriptivos de sus amigos en capítulos anteriores. Jude carga sobre sí el peso de su historia, una muy turbia y desamparada que le ha llevado a poseer unas cualidades físicas degradantes. Pero, las consecuencias psicológicas de las mismas son infinitamente peores. Como lectora, el sentimiento de empatía florece. No por el hecho de poder comprender su sufrimiento, el cual en ocasiones parece desmesurado, sino porque visualmente es desgarrador, incluso inquietante, adictivo y morboso.

El deseo de querer saber más, de intentar comprender su historia y el porqué de su incapacidad social después de tantos años. Todo esto te aboca a no poder parar de leer, e incluso a llorar por las escenas descriptivas tan repugnantes. De alguna forma deseas que el desenlace implique una mejora en la vida de Jude. Entre tanto torbellino de emociones y vivencias Jude se mueve en una calma que hace respirar y sonreír pero sin dejar de estar en vilo por lo que pueda sueceder más.  

Después de mil páginas de continuo desasosiego, acabarlo provoca una verdadera resaca de emociones.

“Tan poca vida” es un grito mudo al dolor, como presenta su más que acertada portada. ¿Cómo es posible lidiar con el dolor y ser una persona más o menos funcional en el infierno que supone la vida?¿Y cómo hace una persona para tener voluntad de vivir después de haber sufrido prácticamente toda su vida? ¿Además cómo es de relevante el sexo en las relaciones persoanles? Estas son las preguntas más sencillas que me he hecho después de leer la novela de Hanya. 

Pero también me hace cuestionar la verdadera importancia de los vínculos sociales y de sus exigencias. La importancia de la amistad, la esperanza en la bondad de algunas personas y los intereses inherentes a nuestra condición humana. Y, por último, ¿puede uno deshacerse de aquello a lo que parece en un primer momento designado? 

La historia de Jude, la cual es realmente de lo que trata esta novela, llega a parecer inverosímil y excesiva en algunos momentos. Me ha rechinado la idea de que alguien con tanto éxito profesional pueda cargar con una vida tan desagradable constantemente, con ese imán para el sufrimiento y con el amor tan puro de ese círculo que le rodea. Pero el impresionismo en una novela es subjetivo y esta nunca deja  de ser ficticia. Por lo tanto, lejos de parecer increíble, es una historia conmovedora, acertada y necesaria. Posiblemente abuse en el número de páginas pero merece la pena cada palabra.  

Lo mejor:

  • La parte descriptiva, tanto de las emociones como de los hechos.
  • La profundidad de los personajes. Su humanidad y credibilidad.

Lo peor:

  • El exceso de páginas. Podría haber reducido en número y contar lo mismo.

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